¿Dulce o truco? (Trick or Treat?)

Aún recuerdo las vísperas de Hallowen en nuestra ciudad, los grandes centros comerciales como Liverpool vestían sus pasillos de divertidos muñequillos de paja y calabacines de todos los tipos antes de la llegada del  “Día de Brujas”.

Y también recuerdo como año con año, el pequeño Timotty Rodriguez  aparecía a mi puerta, con esos expresivos ojos azules diciendo “dulce o truco” acompañado de Ernie su hermano mayor, que aunque ya no era un niño aún compartía la tradición familiar.

Para la mayoría de nosotros este día era especial y solo lo veíamos como un día de diversión, esperando el especial de noche de brujas que iniciaba con la series clásicas de Scoby Doo, Alvin y las ardillas, para después, disfrazarnos, e ir por todo el vecindario de puerta en puerta colectando caramelos. Y luego esperar lo tarde de la noche para irnos a las fiestas, y por supuesto la fiesta no estaría completa hasta visitar la casa embrujada para recibir un buen susto.

El Halloween (también conocido como “la noche de brujas”), para muchos  era una fiesta inofensiva y así había sido para mí; hasta que una noticia sacudió mi vecindario de la comunidad de Sumter, Carolina del Sur.

A las 11:30 de la noche del 31 de octubre, recibí una llamada telefónica muy insistente. Desde que Édgar, mi esposo falleció, no acostumbro contestar el teléfono tan noche, pero algo en el corazón me decía que debía contestar esa llamada, debió haber sido Dios. Al alzar la bocina una voz sollozante casi irreconocible se escuchaba:

Maggíe- pronunció aquella persona- Ha ocurrido algo horrible.

Clara Rodríguez, madre de los chicos Timotty y Ernie, estaba en el teléfono, con voz entrecortada pudo darme a entender que estaba en el hospital San Lucas, acompañando a su familia herida.

Sin pensarlo dos veces conduje por más de veinte cuadras desde mi casa al hospital, con la angustia de saber, que era lo que le había sucedido a mi apreciada amiga. Al llegar a San Lucas, me enteré de la trágica historia.

Clara me explicó que ella y su familia habían salido de un evento patrocinado por la ciudad y se dirigían a su casa cuando los niños insistían en recoger algo de dulces antes de terminar el día, por lo que decidieron detenerse en un vecindario para solicitarlos, como es tradición en “la noche de brujas”.

– Jonh (mi esposo) y mis dos hijos -continuó Clara- se acercaron a una casa que tenía luces encendidas en su entrada, mientras yo esperaba en el vehículo, pero lo inesperado fue – musitó clara con un nudo en la garganta-  que al escuchar el estallido de fuegos artificiales, y percatarme que eran disparos, casi desmayo.

Timotty, Ernie y su padre resultaron lesionados por los disparos y fueron llevados a un hospital, mientras Valentín Sullivan, fue detenido como principal sospechoso de intento de homicidio en víspera de “noche de brujas”. El pequeño Timotty murió en el hospital, mientras su padre y Ernie presentaban lesiones que no amenazan sus vidas.

Posteriormente, durante las investigaciones periciales, se demostró que Valentín Sullivan, estaba bajo los efectos de un alucinógeno, cuando la familia Rodriguez tocó a su puerta, y en presunta práctica de rituales ocultistas.

Esta noticia me hizo reflexionar al respecto de ¿cuál es el verdadero origen del Halloween?, y ¿qué relación tiene esta celebración con lo grotesco de los acontecimientos que de esa noche se cuentan? Para consternación mía, después de una ardua investigación encontré que el Halloween es una celebración que esta centrada en los principios básicos satánicos. Y aunque exista escepticismo al respecto y  tal vez pueda sonar a fanatismo, la verdad de las cosas, es que ese día esta centrado por completo en la violencia y brujería.

De acuerdo a sus orígenes, el Halloween o la “noche de brujas”, es el festival céltico, de una deidad de la muerte, un espíritu maligno. El caso es que, mucho antes de Cristo, druidas (sacerdotes paganos que practicaban hechicería), en Inglaterra, Irlanda, Escocia, Francia, Alemania, y otros países Célticos observaban el fin del verano haciendo sacrificios a su deidad de la muerte. Los célticos consideraban Noviembre 1 como el día de la muerte porque las hojas de los árboles se estaban cayendo, oscurecía más temprano y la temperatura estaba bajando. Ellos creían que Muck Olla, “el sol” estaba perdiendo fuerzas y la deidad de la muerte, lo estaba dominando. También creían que en Octubre 31 se convocaba a los espíritus de todos los que habían muerto en el año pasado.

Sacerdotes druidas y personas iban de casa en casa pidiendo terneros, ovejas negras y personas para sacrificarlas a la deidad de la muerte. Aquellos que daban, se les prometía prosperidad y aquellos que no daban, se les amenazaba y maldecía. ¡Ah!, y además en recompensa por la víctima obsequiada dejaban una lámpara de calabaza en la puerta de la casa, para que esa noche protegiera ese hogar de los “demonios de la muerte”.

Los hechiceros druidas guiaban a las personas en un ritual diabólico, en cual caballos, gatos, ovejas negras, bueyes, humanos y otras ofrendas se colectaban, se ponían en celdas de mimbre y se les quemaba hasta morir. Esto era hecho con la idea de apacentar a los muertos y prevenir que sus espíritus les hicieren daño y mientras que las personas y animales gritaban en agonía cuando eran quemados. Los observadores se vestían en disfraces hechos de pellejo y cabezas de animales, en una ceremonia grotesca y espantosa. Bailaban, cantaban y brincaban a través de las llamas en festejo a los espíritus malignos.

Cuando descubrí esto dije entre mí – ¡Dios Santo, perdóname!- e inmediatamente tome la calabaza que tenía a la entrada de mi casa y la arroje a la basura.

Entonces comprendí que el Trick or Treat o ¿Dulce o Truco? Es un restablecimiento de las prácticas druidas. Aunque pareciere broma, el caramelo ha remplazado los sacrificios humanos de la antigüedad. La respuesta tradicional para aquellos que no ofrecen un regalo es de hacerles una maldad. Cuando usted entrega caramelo de Halloween, usted esta, en esencia,  participando en  ese antiguo acto.

Recordé entonces las palabras de libro de Deuteronomio (18:10-12) “Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego, ni practicar, adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de medium espiritista o consultar a los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres será abominable al Señor… ”.

Los primeros días de noviembre de ese año, fueron los más tristes de mi vida, había quedado viuda años atrás y la familia Rodríguez había suplido con sus hijos y su cariño esa pérdida. Pero aquel día, el cuerpo del pequeño Timmoty yacía en esa cajita blanca a un lado de sus amados padres, hermanos y familiares, y aunque sabíamos que ahora Timmoty estaba en la presencia del Señor Jesús, sus sonrisas y pizpiretas ocurrencias se iban llevando parte de nuestro ser a la sepultura. Sin pensarlo Tim, se había convertido en otra víctima más de la inofensiva “noche de brujas”.

Desafortunadamente los símbolos de Halloween convocan espíritus malignos. Puede ser que no sea la intención de quien los porta, no abiertamente, pero el diablo siempre se ha caracterizado por ser un gran mentiroso y por hacernos creer que no existe.

“Cuídese de que nadie los cautive con vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo (Colosenses 2:8).”

Por: Jorge Carlos Lugo

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