LA ROSA BLANCA

Gran parte del mundo estaba en guerra, y el partido nazi alemán era el centro del conflicto, durante la Segunda Guerra Mundial. Los Nazis eran guiados por un líder apasionado, Adolfo Hitler, quien creía que la aplicación de sus ideales haría del mundo un lugar mejor. Parte de esas ideas incluía matar y torturar gran cantidad de alemanes, y personas de otras naciones al rededor del mundo. Hitler gobernó Alemania con firmeza, respaldado por el mando del gobierno público y privado, y con su propia organización terrorista llamada Gestapo. Si bien algunos sabían que sus tácticas estaban moralmente equivocadas, era casi imposible hablar en contra de Hitler sin recibir un castigo inmediato y severo. Sin embargo un pequeño grupo de jóvenes de la Universidad de Múnich escogió rebelarse en secreto en contra de los poderes nazis.

Se llamaron así mismos «La Rosa Blanca», por el título de cuatro folletos que escribieron y distribuyeron. Este grupo fue dirigido en parte por los hermanos Hans y Sophie Scholl. Los dos habían formado parte de otro grupo llamado la «La Juventud Hitleriana» – una organización de jóvenes y señoritas cuyo propósito era convertir jóvenes en comprometidos adultos nazi -. De igual manera en el proceso Hans y Sophie se convencieron de algo diferente a lo que la organización enseñaba. Ellos entendieron que la visión de Hitler para Alemania no solamente estaba equivocada, sino que era una atrocidad contra los derechos humanos de todo el mundo.

Animados por sus apasionadas convicciones empezaron a escribir folletos, disintiendo contra la filosofía nazi, y bosquejando las atrocidades que ellos creían que estaban sucediendo. Con la Gestapo a disposición de Hitler era sumamente peligroso distribuir materiales como éstos. La Rosa Blanca comenzó a distribuir folletos secretamente  al rededor de la Universidad de Múnich, pero poco a poco y gracias al esfuezo de ellos, y el trabajo de numerosos individuos anónimos, aparecieron en la Universidad de Hamburgo, en casi toda Alemania, y algunos lugares de Austria.

En 1943, mientras dejaba algún folleto en el plantel universitario, Hans y Sophie, fueron descubiertos . Los encarcelaron, los enjuiciaron y los sentenciaron a muerte culpándolos de traición.

Cuando los hermanos Hans y Sophie Scholl, comenzaron a hablar de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, sabían que el arresto y condena a muerte era una posibilidad pero esto no los acobardó . Estaban decididos a defender la verdad, sin importar las consecuencias.

Hoy, alrededor del mundo hay personas que pierden su vida por defender las buenas nuevas del Señor Jesucristo en lugares donde se encuentra prohibido hablar de Dios. Aunque esto puede significar un resultado lamentable sin duda alguna para los hermanos de fe, esta carga lo toman como una obligación en un mundo que necesita tanto la luz, tal y como dice la escritura «Sino santificad a Dios nuestro Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia, ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros».

POR: Vida Nueva 2013

También te podría gustar...